16 de mayo de 2014

Curso de inglés en una academia irlandesa

Lo cierto es que este curso no lo realicé mientras trabajaba como au pair, sino en 2008 a través de una beca de idiomas del MEC (los españoles ya me habéis entendido). Se trataba de una beca (actualmente no se convoca) que ayudaba a estudiantes universitarios a hacer un curso de inglés de tres semanas en un país de habla inglesa. En este caso yo me decanté por Irlanda, país al que volvería cuatro años después a trabajar como au pair.

En concreto me fui a la ciudad de Dublín para hacer un curso de 20 horas semanales en una escuela de Grafton Street, en el centro de la capital irlandesa; las clases eran por las mañanas, por lo que a partir de las 13:00 tenía tiempo libre. Era la primera vez que viajaba sola, que iba a un país extranjero y que viajaba en avión. Estupendo para mí y para mi inglés, a base de pasar algún que otro apuro. Eso sí, valió la pena.

Pero sobre todo, en este post os quiero hablar del curso (inglés general), que igualmente se puede hacer en el tiempo libre mientras trabajas como au pair (siempre que tu horario o tus posibilidades de desplazamiento encaje con algún curso). Si ya vives allí no tienes que buscar alojamiento, pero si no es el caso la agencia o la propia academia te ofrecen también la posibilidad de reservar con ellos el alojamiento (con familia o en residencia), la comida puede estar o no incluida (en media pensión o pensión completa).

En mi caso opté por alojamiento con familia, y tuve la suerte de que ni en la casa de la familia que me hospedaba ni en las dos primeras semanas del curso coincidí con hispanohablantes (la  tercera semana ya sí), por lo que no me quedaba más remedio que comunicarme en inglés todo el día. Aunque decir familia tampoco es ser del todo realista: se trataba de un matrimonio formado por un irlandés y una holandesa que hospedaban a otros cinco estudiantes: dos chinas, un suizo, un húngaro y una surcoreana, por lo que había un ambiente bastante internacional en la casa. Y conmigo, pues éramos ocho en total.

Respecto al funcionamiento de estos cursos, llegado por fin el primer día en la academia (que encontré gracias a que el húngaro que se alojaba en la misma casa que yo también estudiaba allí, pero en un nivel más avanzado) te hacen una prueba de nivel escrito y oral para posteriormente colocarte en el grupo que consideren más adecuado para ti. Mi nivel de inglés en aquel momento era flojillo (nivel instituto, mucho estudiarlo y poco o nada hablarlo) y me enviaron a un grupo con el que aprendí bastante, donde la mayoría eran inmigrantes pero también había gente cuyo único propósito para estar en Dublín era aprender inglés. El ambiente era, igual que en la casa, bastante internacional. No recuerdo ya bien a todos, pero recuerdo que había gente de Malasia (los más numerosos), Japón, Italia, Brasil, Hungría y China, y quizás de algún país más que ya no recuerde. La última semana también llegaron dos estudiantes españoles.

De excursión con compañeros de la escuela.
 El funcionamiento de estas clases es evaluarte semanalmente (igualmente, la matrícula es generalmente por semanas), por lo que cada lunes el profesor puede que te envíe a un grupo con un nivel más alto o más bajo. Tampoco tiene una evaluación reglada, con un examen (aunque sí que puede que haya cursos especializados para preparar exámenes oficiales, pero no de la propia academia). Al acabar simplemente se obtiene un certificado de asistencia, donde constan las horas y semanas del curso y que has hecho aprovechamiento del mismo, pero sin ningún valor oficial.

La dinámica sobre todo es de participación de todos los estudiantes (se procura que máximo haya 10-15 por grupo) para mejorar sus habilidades de comprensión oral y escrita, pero también procurando integrar vocabulario y gramática en los ejercicios. Vamos, soltarse sí o sí con el idioma y tener un papel activo continuadamente. Normalmente el profesor es el mismo toda la semana, aunque cada cierto tiempo los cambian; yo las tres semanas solamente tuve como profesora a Marcella.


Con los compañeros de clase.
En mi clase lo primero que hacíamos era leer algún artículo del periódico, debatir sobre él y preguntar todas las dudas hasta haberlo comprendido todos completamente (había que procurar coger el periódico gratuito que repartían en las proximidades de la academia antes de entrar); algo relajado para ir despertando. Luego ya variable según el día, ejercicios sobre gramática y vocabulario y conversación con los compañeros. Había también varios descansos a lo largo de la mañana (menos mal), que igualmente servían para mejorar el inglés, pero en un ambiente más relajado con los compañeros en la calle o la cantina de la escuela, donde también había sala de informática (por suerte para mí, que en aquella época aún no tenía un portátil).

 En cuanto al tema económico, si bien supone una importante cantidad de dinero semanal (unos 200€ al menos), al ser un curso intensivo no resulta (relativamente) caro, ya que son unos 10-15€ la hora (según el caso); es cuestión de aprovecharlo bien. El alojamiento también tiene un coste similar, aunque mucho más variable según localización, comidas y comodidades.

Pero por supuesto, no todo es estudiar, teniendo todas las tardes y fines de semana libres también hay bastante tiempo para hacer turismo, salir y descansar, es cuestión de organizarse bien. Al no haber exámenes en este tipo de cursos lo importante es aplicar lo aprendido en el día a día, ya sea en la casa, donde si trabajas como au pair estarás probablemente viviendo con nativos, como en el tiempo libre, donde para relacionarte, comprar, desplazarte, etc., necesitarás el inglés (u otro idioma si estás en otro país).

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